El aumento de más de 20 % en el precio de la gasolina en México coincidiendo con el inicio del año 2017, puede tomarse como referencia de lo que viene en cuanto a aumento de precios de los productos básicos, y de la pérdida de poder adquisitivo del salario de la mayoría de los mexicanos. Seguramente la inflación será mayor al aumento inicial en el precio de la gasolina. Mal se vislumbra el futuro de México ante un masivo ataque del gobierno en contra de los ciudadanos, contando (el gobierno Peñista) con la complicidad del partido en el poder (PRI) y de los en otros tiempos considerados partidos de oposición (PAN y PRD), además de los partidos satélite. Ante la pasividad mayoritaria de una ciudadanía políticamente ignorante a la que fácilmente se le ha tomado el pelo una y otra vez, la entrega de México a un reducido grupo de representantes de la iniciativa privada nacional y extranjera ha avanzado prácticamente sin obstáculos.
El anunciado incremento a los precios de la gasolina ha despertado la molestia generalizada en todo el territorio nacional y se ha convocado a movilizaciones y boicots a partir del 2 de enero. El éxito o fracaso de esta convocatoria será determinante ya que si fracasa el gobierno entenderá que -una vez más- se le deja el camino libre para imponer decisiones que perjudican a la mayoría y favorecen solo a la clase política y sus cómplices de la iniciativa privada, lo cual ha sido recurrente no solo en el presente gobierno del PRIísta Enrique Peña Nieto, sino también en los gobiernos anteriores tanto PANistas como PRIístas. Por increible que parezca, la manipulación mediática de medios aliados al gobierno en turno -como Televisa- ha dado como resultado que millones de mexicanos sigan viendo solo dos opciones en tiempos electorales: PRI y PAN. Sentaditos ante el televisor, millones de mexicanos han sido programados para repetir sin analizar, que el principal candidato opositor electoral en cada sexenio "es un peligro para México", y han decido mantener su voto por el PRI o por el PAN a pesar de que el país se ha vuelto un desastre en distintos aspectos: privilegios cada vez mayores y corrupción de la clase política, desapariciones, asesinatos, robos, impunidad, desempleo, inflación, devaluación de la moneda nacional frente al dólar estadounidense (de 60 % en el presente sexenio).
Las justificaciones al aumento de la gasolina y recortes al presupuesto en material de salud, desarrollo, educación, entre otros, carece de sustento. Se hace más evidente la contradicción al ver el despilfarro de la clase política y la impunidad con que los gobernantes -alcaldes, gobernadores incluidos, así como sus funcionarios- desfalcan las arcas públicas y los gobiernos que les siguen recuperan lo "perdido", como en el caso del desfalco del ISSSTESON en Sonora. Evidenciando cómo ve la clase política a los mexicanos, ya los mismos partidos que apoyaron la reforma energética y firmaron en mal llamado "pacto por México", PAN y PRD, hipocritamente se han empezado a manifestar en contra del gasolinazo. Lo hacen porque consideran que los electores son fácilmente manipulados y están desinformados, además de ser analfabetas políticos.