La partidocracia, esa pseudodemocracia sustentada en la existencia de partidos políticos que sirven para que los grupos de poder decidan quienes nos gobiernan y quienes legislan, son un obstáculo para alcanzar la democracia. Esta afirmación es más válida en México que en otros países, ya que en México la vía electoral no es una opción para un cambio verdadero de reumbo del país. Ya se demostró por lo menos dos veces en la historia reciente, con los fraudes electorales en 1988 y en 2006. Estos fraudes electorales demostraron que quienes manejan los hilos de los políticos en México no están dispuestos a permitir que otros titiriteros los desplacen. Las elecciones federales del 2012 tampoco quedaron libres de dudas, y en el mejor de los casos, suponiendo que Enrique Peña Nieto obtuvo realmente la mayoría de votos a favor, se cuestiona con mucha razón la legitimidad del origen de esos votos.
De cualquier forma, aún suponiendo unas elecciones en que no hubiera alteración en la votación real, en México no existe la democracia por que un porcentaje importante de votantes puede considerarse analfabeta político por diferentes causas. No existe una verdadera democracia si no hay votantes informados y politizados. No existe una democracia en una sociedad en la que un porcentaje importante (tal vez la mayoría) de los votantes vive en condiciones económicas apremiantes y eso lo hace vulnerable a ser manipulado por la clase política en diversas formas. El cambio de despensas, tarjetas de compra como las famosas tarjetas Soriana en el 2012, por el voto en favor de determinado candidato es solo una forma de eliminar la posibilidad de que haya democracia. Hay situaciones peores, como el acarreo voluntario o forzado de votantes también por tal o cual candidato. La revista "Proceso" documentó este tipo de hechos en las elecciones del 2012.
Para las elecciones del 2000, y midiendo el desencanto de cada vez más mexicanos por la forma de gobernal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), los titiriteros de la clase política mexicana planearon el "efecto Fox", que utilizaron para hacer creer a los votantes que tenían la posibilidad de un cambio de política mediante la via electoral, hicieron creer a millones de Mexicanos que cambiar de partido permitiría dejar en el pasado los vicios y corruptelas del PRI que hartaron a los mexicanos. Así llegó Vicente Fox Quesada a Presidente de México abanderado por el PAN, creando falsas espectativas de un cambio que nunca llegó en la dirección que beneficiara a las mayorías. A Vicente Fox y al PAN se les permitió llegar a Los Pinos porque ya estaba pactado que llegarán, para apaciguar los ánimos de los ciudadanos.
El sexenio de Fox fue suficiente para que en el 2006 Andrés Manuel López Obrador (AMLO) (PRD) tuviera la mayor intención de voto. En las elecciones del 2006 que oficialmente favorecieron a Felipe Calderon (PAN) los titiriteros mostraron que sus intereses están siempre por encima de los intereses de las mayorías, y la sombra del fraude electoral dejó fuera de Los Pinos a AMLO, "haiga sido como haiga sido", dijo Calderón. En la actualidad cada vez menos mexicanos dudamos de que Felipe Calderón llegó a ser Presidente de México en el 2006 por medio de fraude electoral, el segundo en tres sexenios en contra del Partido de la Revolución Democrática (el primero en 1988, con el que Carlos Salinas "venció" a Cuauhtemoc Cárdenas). Así que la historia del PRD tuvo como antecedente ser víctima de dos fraudes electorales en tres sexenios, lo cual le generó una reputación positiva ante el electorado crítico, que lo consideró una oposición real al régimen vigente.
En el 2012, con muchas irregularidades en las elecciones, el PRI regresó a Los Pinos tras solo dos sexenios ausente. El PRD mantuvo oficialmente un cercano segundo lugar por segundo sexenio consecutivo. Una buena posición para una oposición, con la votación obtenida pudiera estar deteniendo significativamente reformas como las que se han estado llevando a cabo. ¿Por qué no sucedió así? No sucedió así porque tras las elecciones del 2012, buena parte del PRD dejó de ser una oposición real y quedaron controlados por los hilos de los titiriteros, lo que llevó al desmembramiento del PRD, y su principal figura (AMLO) formo el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que luego se convirtió en partido político. Actualmente no queda casi nada del viejo PRD, y todo parece indicar que no volverán a obtener votaciones como la que tuvieron en 1988, 2006 y 2012.
El PRD luce en la actualidad como un simple partido palero más del sistema político mexicano, cuyos instrumentos principales para seguir gobernando son el PRI y el PAN (en menor medida). Triste caída del PRDismo que no hace mucho enarboló la bandera de una transición democrática. Ahora vemos a PRDistas apoyando por igual a candidatos PRIístas como a candidatos PANistas, en una demostración vergonzosa de lo que han sido convertidos.
De cualquier forma, aún suponiendo unas elecciones en que no hubiera alteración en la votación real, en México no existe la democracia por que un porcentaje importante de votantes puede considerarse analfabeta político por diferentes causas. No existe una verdadera democracia si no hay votantes informados y politizados. No existe una democracia en una sociedad en la que un porcentaje importante (tal vez la mayoría) de los votantes vive en condiciones económicas apremiantes y eso lo hace vulnerable a ser manipulado por la clase política en diversas formas. El cambio de despensas, tarjetas de compra como las famosas tarjetas Soriana en el 2012, por el voto en favor de determinado candidato es solo una forma de eliminar la posibilidad de que haya democracia. Hay situaciones peores, como el acarreo voluntario o forzado de votantes también por tal o cual candidato. La revista "Proceso" documentó este tipo de hechos en las elecciones del 2012.
Para las elecciones del 2000, y midiendo el desencanto de cada vez más mexicanos por la forma de gobernal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), los titiriteros de la clase política mexicana planearon el "efecto Fox", que utilizaron para hacer creer a los votantes que tenían la posibilidad de un cambio de política mediante la via electoral, hicieron creer a millones de Mexicanos que cambiar de partido permitiría dejar en el pasado los vicios y corruptelas del PRI que hartaron a los mexicanos. Así llegó Vicente Fox Quesada a Presidente de México abanderado por el PAN, creando falsas espectativas de un cambio que nunca llegó en la dirección que beneficiara a las mayorías. A Vicente Fox y al PAN se les permitió llegar a Los Pinos porque ya estaba pactado que llegarán, para apaciguar los ánimos de los ciudadanos.
El sexenio de Fox fue suficiente para que en el 2006 Andrés Manuel López Obrador (AMLO) (PRD) tuviera la mayor intención de voto. En las elecciones del 2006 que oficialmente favorecieron a Felipe Calderon (PAN) los titiriteros mostraron que sus intereses están siempre por encima de los intereses de las mayorías, y la sombra del fraude electoral dejó fuera de Los Pinos a AMLO, "haiga sido como haiga sido", dijo Calderón. En la actualidad cada vez menos mexicanos dudamos de que Felipe Calderón llegó a ser Presidente de México en el 2006 por medio de fraude electoral, el segundo en tres sexenios en contra del Partido de la Revolución Democrática (el primero en 1988, con el que Carlos Salinas "venció" a Cuauhtemoc Cárdenas). Así que la historia del PRD tuvo como antecedente ser víctima de dos fraudes electorales en tres sexenios, lo cual le generó una reputación positiva ante el electorado crítico, que lo consideró una oposición real al régimen vigente.
En el 2012, con muchas irregularidades en las elecciones, el PRI regresó a Los Pinos tras solo dos sexenios ausente. El PRD mantuvo oficialmente un cercano segundo lugar por segundo sexenio consecutivo. Una buena posición para una oposición, con la votación obtenida pudiera estar deteniendo significativamente reformas como las que se han estado llevando a cabo. ¿Por qué no sucedió así? No sucedió así porque tras las elecciones del 2012, buena parte del PRD dejó de ser una oposición real y quedaron controlados por los hilos de los titiriteros, lo que llevó al desmembramiento del PRD, y su principal figura (AMLO) formo el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que luego se convirtió en partido político. Actualmente no queda casi nada del viejo PRD, y todo parece indicar que no volverán a obtener votaciones como la que tuvieron en 1988, 2006 y 2012.
El PRD luce en la actualidad como un simple partido palero más del sistema político mexicano, cuyos instrumentos principales para seguir gobernando son el PRI y el PAN (en menor medida). Triste caída del PRDismo que no hace mucho enarboló la bandera de una transición democrática. Ahora vemos a PRDistas apoyando por igual a candidatos PRIístas como a candidatos PANistas, en una demostración vergonzosa de lo que han sido convertidos.
Ahora muchos que antes creyeron en un cambio por la vía electoral mediante el PRD, voltean a ver a dónde está MORENA, partido que se presenta a sí mismo como "la esperanza de México". El primer tropezón de MORENA (en mi opinión) es haberse constituido en un partido político, ya que al hacerlo, se convirtió en parte del problema de México: los partidos políticos. El mismo fundador (AMLO), ha sido víctima de fraude electoral y la corrupción institucional. Es probable que MORENA sin ser partido político, hubiera podido contribuir de mejor manera que convirtiéndose en parte del problema. Aún así, pareciera que MORENA es el partido que incomoda más a los grupos que dominan México, y MORENA está siendo blanco de ataques, incluyendo el asesinato de candidatos para las elecciones del próximo mes de junio.
En Hermosillo, el Instituto Nacional Electoral (INE) al parecer dejará fuera de la contienda por la Presidencia Municipal a Jacobo Mendoza, candidato por MORENA. Mendoza no parece ser un peligro real en Hermosillo para el PRI-PAN, pero su eliminación se puede entender más tal vez tomando en cuenta que muchos votantes que otrora votaban por el PRD ahora lo harán por MORENA, reduciendo así el número de sufragios (y por lo tanto de plurinominales y regidores) para el PRD. Eliminar a los candidatos de MORENA puede ser entonces una forma en que el PRI-PAN favorecen al PRD, nuevo partido alineado a los intereses de los grupos de poder. Hasta Ana Guevara, quien hasta hace poco despotricaba contra el PRI, ahora llama a votar por la candidata de este partido a la gubernatura de Sonora. Claro, la candidata PRIísta Claudia Pavlovich ya le prometió un lugar en un gobierno, por lo que queda claro el porqué el apoyo, y se obvió el precio de Ana Guevara, que muchos creyeron representaba una oposición crítica sólida al sistema político mexicano.
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