Cuando
Estados Unidos iniciaba la invasión a Irak, país que ni
siquiera tenía armada, Sadam Husein auguraba que daría la "madre de
todas las batallas". Cuando hace algunos años Israel bombardeaba a unos
de sus vecinos a los que a la fuerza arrebató territorio, su líder decía
a sus compatriotas que la guerra iba muy bien, que iban ganando. No
puedo evitar recordar estos y otros hechos históricos ante el actual
conflicto entre las Coreas y Estados Unidos como aliado de Corea del
Sur. Aunque eso de “aliado” significa en este caso que Corea del Sur
está bajo la dirección y tutela de Estados Unidos. El punto es que las
remembranzas anteriores son muestra de las actitudes tan diferentes que
se toman en oriente y occidente ante las mismas situaciones. ¿Será que
las amenazas de Corea del Norte de atacar territorio Estadounidense
serán declaraciones que tienen el mismo sustento en la realidad práctica
que las palabras de Sadam Husein hace algunos años? El líder de Corea
del Norte, Kim Jong-un, ha amenazado también con que "esta guerra no
durará ni tres días, sino que será una guerra relámpago". Si nos vamos a
lo que se conoce de forma hasta cierto punto objetiva, estaríamos
hablando de una guerra entre dos potencias completamente
desproporcionada, ya que la capacidad militar de Estados Unidos
sobrepasa demasiado a la de Corea del Norte. Se habla de una
confrontación que podría alcanzar un conflicto que podría involucrar el
uso de armas nucleares. Según información de “The Huffington Post”, en
septiembre de 2012 Corea del Norte contaba con 10 armas nucleares,
mientras que Estados Unidos tenía 8,500. Esta cantidad de armas
nucleares de Estados Unidos solo la supera Rusia (figura 1). Así, estos
números dejan ver la clara diferencia de capacidades de destrucción
masiva de ambos países.
Figura 1. Países con armas nucleares, y el número de las mismas
con que cuentan (hasta septiembre de 2012), según información de “The
Hiffington Post”. Liga a la nota: http://www.huffingtonpost.com/howard-steven-friedman/countries-with-nuclear-weapons_b_1189632.html
De darse la guerra, será una guerra que tendrá
una característica que a través de la historia de los Estados Unidos se
ha presentado en sus guerras: ataques a países que evidentemente tienen
una capacidad militar muy por debajo del país Americano. De darse la
guerra, podría deberse a que Estados Unidos no quiere permitir que un
país que no está subordinado siga creciendo en su capacidad de defensa
militar, y al que no ha podido someter ni haciendo uso de los organismos
a los que controla, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El ataque contra Corea del Norte parece tener entre sus propósitos
destruir una amenaza potencial para los intereses de Estados Unidos en
Asia - Pacífico, pero más importante, enviar un mensaje a otros
gobiernos no subordinados a Estados Unidos, que pueden considerar
necesario de enviar ante la frágil situación financiera que atraviesa el
país Americano, y ante el desmarque que están tomando cada vez más
países de cuyos recursos ya no puede disponer como en años anteriores.
Por ejemplo, el bloque de países que en América del Sur ya no responden a
intereses norteamericanos, y que incluso han decidido dar pasos para
dejar de usar el dólar como moneda de intercambio. Hace unos días, el
grupo BRICS (conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica),
también tuvo un encuentro en el que se avanzó en esta dirección. Otra
evidencia de Estados Unidos sigue perdiendo terreno como primera
potencia mundial, es el retiro de bancos estadounidenses, que han hecho
de sus reservas de oro algunos países. Washington, célebre por querer
imponer un orden mundial favorable a sus intereses, ha perdido la
hegemonía que parecía haber asegurado tras la caída del bloque comunista
comandado por la Unión Soviética, y podría estar iniciando una nueva
agresión como un intento de ocultar su debilidad económica bajo la
máscara de su capacidad militar, Sin embargo, hay más en juego, y tiene
que ver con que a Estados Unidos se le podría dificultar tener que
hacerse cargo de un frente de batalla más, ya que al entrar a tierra, se
le han dificultado las etapas de resistencia. La guerra de Corea le
resultó costosa, lo mismo la de Vietnam, la de Nicaragüa, y podría
resultarle cara la de las Coreas. El panorama se complica aún más ante
la perspectiva de que Corea del Norte pudiera efectivamente atacar
territorio continental de Estados Unidos, ya que sobre la moral de los
ciudadanos estadounidenses pesa más una baja civil que para Corea del
Norte, cuyo pueblo tiene la capacidad de soportar más adversidades. Para
entender esto hay que remitirse un poco a la historia del siglo XXI, en
que Japón invadió Corea y los mantuvo como colonia esclavizada 35 años.
Los hombres eran esclavos y las mujeres se exportaban a Japón como
esclavas sexuales. Japón trató de acabar con las raíces de Corea, al
grado de que estaba prohibido hablar o escribir en coreano. En 1932 Kim
Il Sung inició la resistencia antijaponesa en guerra de guerrillas, que
culminó en 1945 con el triunfo sobre el imperialismo Japonés. En 1948,
aprovechando que había diferencias entre el sur y el norte para elegir
líder, Estados Unidos, por orden del Presidente Truman, invadió la parte
sur, dando origen a las dos Coreas. Es decir, el origen de la división
de Corea en dos países se debe al intervencionismo de Estados Unidos y
de la ONU, que no quisieron respetar el derecho de los coreanos a la
autodeterminación de su forma de gobierno. Desde entonces Corea del Sur
se subordinó a Estados Unidos y Corea del Norte, cuyo primer líder fue
Kim Il Sung ha sufrido sanciones por parte de las organizaciones
internacionales dominadas por Estados Unidos y sus aliados, que se
recrudecieron con la caída de la Unión Soviética. El no someterse a
Estados Unidos ha hecho que los medios pro-Estados Unidos satanicen al
gobierno de Corea del Norte, así como ha pasado y pasa contra cualquier
gobierno que vea más por los intereses nacionales que los de nuestro
vecino del norte (en nuestro continente, está el ejemplo de Hugo
Chávez). Los hechos vendrán inexorablemente. Y seguirán las guerras
mientras sigan existiendo los soldados, seres que se creen la
charlatanería de los políticos que los mandan a asesinar y arriesgar sus
vidas, mientras ellos ven desde lejos el fuego. Para no extenderme más,
los dejo con la siguiente cita de Benito Juárez, “tanto entre los
individuos como entre las naciones...el respeto al derecho ajeno es la
paz”, palabras que no reflejan para nada la política exterior de Estados
Unidos. Para quienes son presa fácil de los medios que pretenden ver la
situación en blanco o negro, las siguientes reflexiones: es Estados
Unidos quien tiene submarinos, aviones, soldados, portaaviones alrededor
de Corea del Norte, no Corea del Norte alrededor de Estados Unidos. Fue
Estados Unidos quien fue a imponer una forma de gobierno en Corea, no
Corea en Estados Unidos. Estados Unidos promueve sanciones contra Corea
del Norte por desarrollar armas nucleares, siendo que Estados Unidos
tiene muchas más armas nucleares que Corea y no acepta que lo frenen. Y
hay mucho más que se pudiera decir. Cierro recordando que Estados Unidos nació de la lucha contra el imperialismo, el colonialismo inglés, por lo que hoy día es parte de aquello que combatió en su origen.